Esa sensación de que tu DNI y tu sentir interno van por carriles separados, la impresión de que la vida adulta es una especie de disfraz que no termina de calzar. Sobre ese extrañamiento universal trata «Electrónica», la novela de Enzo Maqueira que, a diez años de su primera publicación, se reedita y demuestra una vigencia arrolladora, interpelando a una nueva generación y reencontrándose con quienes la leyeron en sus treinta y hoy la miran con la perspectiva de los cuarenta.
La historia sigue a una joven treintañera cuya vida estable —esa que se supone que es la «correcta»— empieza a hacer agua por todos lados: se enamora de un alumno, ya no soporta a su pareja y añora con desesperación la libertad y el hedonismo de su vida pasada en las fiestas raves. Es, en esencia, la crónica de la decepción de crecer.
Una Crisis que Sigue Vigente una Década Después
Presentada en la última Feria del Libro por dos pesos pesados de la literatura argentina como Claudia Piñeiro y Liliana Heker, la reedición de «Electrónica» confirma que la crisis de los 30 es un tema atemporal. Aunque el autor revisó el texto, la esencia se mantiene intacta y la empatía con la protagonista es inmediata y brutal.
La novela captura a la perfección esa sensación de llegar a una edad que socialmente funciona como un deadline para ciertos logros (casarse, tener hijos, estabilidad económica) y descubrir que por dentro nada ha cambiado demasiado. Es, como canta Santiago Barrionuevo en «Mundo extraño», ese sentimiento de «No sé qué pasa en este lugar, todo el mundo es más joven que yo».
El Veredicto de una Generación
Lo que Enzo Maqueira logró con «Electrónica» hace diez años fue ponerle palabras a la angustia de una generación que se sentía ajena a los mandatos. Hoy, en un mundo hiperconectado y de vidas editadas para redes sociales, esa sensación de desfasaje entre la imagen y la realidad es aún más potente.
El regreso de esta novela no es solo una buena noticia para los lectores, sino la confirmación de que hay textos que logran capturar el espíritu de una época con una lucidez que el paso del tiempo no hace más que agigantar. Como apunta el músico Javier Maldonado en una de sus letras: «Y en la calle, camina el mismo joven de antes».