El gobierno de Japón está evaluando una de las medidas más controvertidas y desesperadas para combatir su alarmante crisis de natalidad: la creación de un «impuesto a la soledad». Se trata de un gravamen especial que se aplicaría a todas las personas solteras y sin hijos mayores de 40 años.
Incentivar la Natalidad
La propuesta, filtrada desde el Ministerio de Asuntos Sociales, busca recaudar fondos para financiar políticas que incentiven la formación de familias, como subsidios para parejas jóvenes, guarderías gratuitas y licencias de paternidad extendidas. «Nuestro tejido social se está desvaneciendo. Necesitamos medidas audaces para asegurar el futuro de la nación», argumenta el borrador del proyecto.
Rechazo Social Masivo
La idea ha generado una masiva protesta social en todo Japón. Asociaciones de solteros, grupos feministas y la oposición política han calificado el impuesto como «discriminatorio», «punitivo» y una «intromisión inaceptable en la vida privada de las personas». Argumentan que el Estado no puede castigar económicamente a alguien por su estado civil y que la baja natalidad responde a problemas más profundos, como la precariedad laboral y el alto costo de vida.