El mundo del boxeo se encuentra en medio de un escándalo de proporciones mayúsculas. El ahora excampeón mundial de peso welter, «Dynamite» Davis, ha sido despojado de su título y suspendido de por vida tras descubrirse que sus guantes estaban adulterados con un gel endurecedor ilegal en su última pelea por el campeonato.
La Trampa al Descubierto
La sospecha surgió del rincón de su rival, quien tras ser noqueado brutalmente en el sexto round, fue hospitalizado con múltiples fracturas faciales, una lesión desproporcionada para un golpe de guante reglamentario. Una investigación posterior de la comisión atlética analizó los guantes de Davis y encontró una sustancia similar a la resina inyectada en el acolchado, que se endurecía con el calor y el impacto, convirtiendo los guantes en verdaderas armas.
Tolerancia Cero
«Esto es un intento de asesinato, no es deporte», declaró el presidente de la Asociación Mundial de Boxeo. «Aplicaremos la sanción más dura de la historia para dejar en claro que la trampa no tiene lugar en nuestro ring». El caso ha generado una ola de indignación y pone en duda la efectividad de los controles previos a las peleas de alto nivel.