El clásico de Avellaneda tuvo todos los condimentos: goles, tensión, pasión y un final de escándalo que opacó el vibrante 2-2 entre Independiente y Racing. La noche en el Libertadores de América – Ricardo Enrique Bochini terminó con una explosión de bronca del lado del Rojo, luego de que el VAR le anulara un gol agónico en el último segundo del partido, desatando una polémica que resonará durante toda la semana en el fútbol argentino.
El partido, correspondiente a una nueva fecha de la Liga Profesional, fue un fiel reflejo de la rivalidad histórica entre ambos equipos, con un trámite de ida y vuelta que mantuvo a los hinchas al borde de sus asientos.
Un Clásico Vibrante con un Final Caliente
El encuentro no dio respiro. Ambos equipos salieron a buscar la victoria y regalaron un espectáculo de goles y emociones. El marcador cambiante reflejó la paridad y la intensidad con la que se disputó cada pelota. Cuando el 2-2 parecía sellado y el reparto de puntos era un hecho, llegó la jugada que lo cambiaría todo.
La Jugada que Desató la Furia
Corrían 94 minutos. Última jugada del partido. Un centro al área de Racing encontró la cabeza de un jugador de Independiente, que mandó la pelota al fondo de la red y desató el delirio de todo el estadio. Era el 3-2, una victoria heroica en el último suspiro. Pero la alegría duró poco. El árbitro, a instancias de sus colegas en la cabina tecnológica, frenó los festejos para revisar la jugada en el VAR.
Tras varios minutos de suspenso y revisión de imágenes, el juez principal fue llamado al monitor y, finalmente, anuló el tanto por un supuesto y milimétrico fuera de juego previo. La decisión desató la furia de los jugadores de Independiente, que rodearon al árbitro exigiendo explicaciones. El cuerpo técnico y los directivos no se quedaron atrás y, una vez finalizado el encuentro, dispararon con munición gruesa contra el arbitraje y el uso de la tecnología. «Nos metieron la mano en el bolsillo, es una vergüenza», sentenció uno de los referentes del Rojo, dejando la puerta abierta a una semana de alta tensión y debate en el fútbol argentino.